La Dama del Amboto
El pico Amboto (1.331 m) es la “punta” más
brava y elevada mde una panorámica cresta calcárea que forma el espinazo
montañoso del Parque Natural de Urkiola. La montaña es una belleza por todas
las vertientes. El Amboto y el resto de cumbres que construyen el mítico macizo
emergen sobre los montes vizcaínos como una arquitectura magnífica de
espolones, aristas, paredes y cresteríos calizos usados desde tiempos
inmemoriales para refugiar a la diosa Mari, gran señora de la mitología vasca,
cuya morada está en Anbotoko Damie, una cueva suspendida en los abismos de la
cara este.
La Dama de Amboto recorre los cielos
envuelta en una bola de fuego para visitar los refugios que tiene en Aralar,
Aizkorri y otros parajes de los montes vascos. La ruta elegida sigue las
cumbres del cordal, noroeste hasta la cima del Anboto, un recorrido con buen
ambiente montañero y unas vistas espléndidas del parque natural donde la diosa
Mari vigila su reino desde la cueva de piedra de la gran montaña vasca.
Habita
en cuevas en diferentes montes, aunque su morada principal se sitúa en la cueva
ubicada en la impresionante pared vertical este del Amboto, justo bajo la
cumbre. En estas cuevas recibe a sus fieles, los cuales deben guardar un
estricto protocolo:
Se
le debe tutear (hablándole en hika).
Hay
que salir de la cueva de la misma forma que se entró.
No
hay que sentarse nunca, incluso recibiendo la invitación de hacerlo, mientras
se habla con ella.
Mari
es la señora de la tierra y los meteoros. Tiene el dominio de las fuerzas del
clima y del interior de la tierra. Entre sus misiones está el castigar la
mentira, el robo y el orgullo. De ella vienen los bienes de la tierra y el agua
de los manantiales.
Con
los hombres se comporta de forma tiránica, o todo lo contrario, los llega a enamorar
mostrándose como una mujer dócil y trabajadora, pero siempre con fin de
impartir justicia por medio de la regla del no: si mientes, negando que posees
algo que sí es tuyo, Mari te lo quita. Así, efectivamente, ya no lo tienes, y
se produce la justicia. Presagia las tormentas y determina el clima. Además se
la conoce por su capacidad para volar. Cuando está en su morada de Amboto, la
cumbre está entre nubes; esto es la manifestación de su presencia.
Una leyenda dice que en una familia sin descendencia la mujer deseaba como fuese tener un hijo, a pesar de que a los veinte años se le tuviese que llevar el diablo, y al fin quedó embarazada de una hermosa niña. Días antes de que la muchacha cumpliera los veinte años su madre la encerró en una caja de cristal y la vigiló día y noche, esfuerzo inútil, ya que el mismo día de su cumpleaños el diablo, rompiendo la caja, se la llevó consigo a la cima del Amboto, donde habita desde entonces
By Benito Baonza
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